Ganadores del I Concurso de epitafios somardas
Se han fallado los premios del I Certamen de epitafios somardas:
El Primer premio ha sido para Natalia Rosa Íñigo, de 2º ESO B; un accésit por la calidad del texto para Elena Pueyo, de 4º ESO B; y un accésit por el atractivo diseño para Sofía Borque, de 1º ESO B.
El concurso ha resultado interesante y ha habido mucha participación, como puedes comprobar si lees los epitafios presentados (los ganadores están en negrita):
- Me voy a echar una siestecica, luego os veo.
- Muerta de risa.
- Tal y como estamos, casi se está mejor aquí.
- Desde aquí se ve aun todo más oscuro.
- Soledad: Los que más te quisimos, aquí te dejamos; imagina quienes nunca te quisieron, dónde te hubiesen dejado.
- Todos me vienen a visitar pero nadie se quiere quedar.
- No te preocupes, que esa primera lágrima que echaste está muy bien, pero no eches más, ¡que me ahogas!
- Traed Fanta, yo pongo los gusanitos.
- El que se va no sufre; solo sufre el que se queda.
- Aquí yace don Manuel, el embaucador de tantos corazones. Mis amigos me decían: “No pasa nada, tu mujer no se va a enterar”. ¡Hasta hoy!
- Desde aquí abajo te miro. Desde ahí arriba me miras. Tú vivo, yo muerto. Así es la vida.
- Me di cuenta de lo bonito que estaba el cielo el otro día, me di cuenta de que era porque estabas ahí arriba.
- Vete a mover el esqueleto ya que yo no puedo.
- ¡Como me levante…!
- Mi amigo es un tesoro, por eso está enterrado.
- Casimiro Bellavista. Muerto desde un noveno B.
- No seáis como yo, no apostéis con un amigo a quién aguanta más sin respirar.
- Ahora que he muerto y que estoy en el cielo, puedo comer nubes de azúcar.
- Un amigo y yo apostamos a ver quién aguantaba más debajo del agua, y gané.
- Aquí murió un hombre porque le pisó una hormiga.
- Cuando nací todos reían y yo lloraba; pero cuando morí, todos lloraron y yo reí.
- Y ahora, ¿quién llora?
- Por fin libre de levantarme a las 6.30; de tomarme las pastillas. Libre de a las 7 despertar a los gandules de mis hijos, y de recoger a mis nietos. En fin, por malo que fuera el médico, dio cura a mis males.
- Ojalá tanta paz te lleves como alegría nos dejas.
- Espero que estés en el paraíso y no en el fuego, abuelito.
- No me esperéis hoy para cenar.
- Murió por no reenviar ese mensaje a 10 personas.
- Aquí duermen todos los personajes que nuestros autores favoritos asesinaron.
- Al loco de la colina. Lo siento, nunca nadie se aprendió tu nombre.
- María Eugelda, te dije que por ti moría de amor.