Impresiones de Antonio

Antonio Araiz (2ºB)

Por fin llegaba la Final Aragonesa de la Olimpiada Matemática. Para mí ya era todo un logro conseguir llegar tan lejos. No estaba nada nervioso porque no me jugaba nada. No tenía presión alguna. Simplemente disfrutar.  Empezaron los problemas. Los tres primeros los terminé mucho más rápido de lo que me había imaginado. Revisé mis teorías y salí de los primeros a comerme el bocadillo de tortilla y el refresco que nos daban. Una vez salimos los cinco, comentamos los problemas. En ese momento los nervios comenzaron a florecer. A algunos creían que era un resultado, otros otro… Intentamos dejar de pensar en eso y nos centramos en la segunda etapa.

Estos tres problemas me costaron mucho más que los primeros. Conseguí hacer el ejercicio 4 pronto, sin embargo para los dos finales necesité más tiempo. Al contrario que al principio, no entregué los problemas hasta que los profesores que nos supervisaban nos dijeron que nos diéramos prisa en entregarlos.

 Comentamos rápidamente estos tres últimos ejercicios y volvimos a entrar al Aula Magna de la Facultad de Ciencias para la entrega de premios. Antes de la ceremonia, la Consejera de Educación y el decano de la Facultad de Ciencias entre otros dieron un “pequeño” discurso. Mientras, aproveché para buscar conocidos entre la multitud.

Finalmente vi a mis padres, a mi hermano y a mi abuelo en el otro extremo del Aula.

Una vez acabaron los discursos nombraron a los 6 ganadores en orden alfabético entre los que me encontraba.

Cuando me nombraron no me lo podía creer. No me lo esperaba en absoluto. Fue una gran sorpresa.

Mientras nombraban a los ganadores esperaba con toda mi alma que dijeran un nombre conocido. Por desgracia no ocurrió. Antes de acabar quiero darle las gracias a todos los que me han felicitado. En especial a mis cuatro compañeros que estuvieron conmigo en la final y que estoy seguro que se merecían pasar a la final.